Generalizar se entiende como la acción de extender o
propagar algo, y transferir más o menos se refiere a la idea de pasar algo de
un lugar a otro. Para mí, en cuanto a tratamiento neuropsicológico se refiere,
es uno de los grandes problemas que nos podemos encontrar en clínica. ¿Cómo
logro que el tratamiento en consulta se transfiera a la vida diaria?. En términos
más llanos, ¿Cómo hago para que se note?.
Yo
siempre defino la estimulación cognitiva como el conjunto de técnicas y
herramientas que usamos para lograr mejorar una función cognitiva. Por ejemplo,
tenemos un niño con un problema en el sostenimiento atencional, y
evidentemente, vamos a entrenar ese sostenimiento. Y a veces eso se confunde con
repetir y repetir lo mismo, lo entreno, se hace más fuerte y debe notarse sí o
sí. Es decir, ese niño que en clase no atiende porque pierde el hilo, a base de
hacerle atender a una tarea de tachar letras en una hoja dentro de una
consulta, va a mejorar su capacidad de atender en clase. Es algo que así dicho no termina de sonar bien. El objetivo al final de entrenar esa función no es otro que lograr un cambio en el día a día. Al menos, eso me parece a mi.
Y para mí ese es el talón de Aquiles de la Neuropsicología. Al margen de que de por si
todavía tenemos un gran problema en delimitar la propia disciplina (que
hacemos, que no debemos hacer, como debemos estar formados), sus tratamientos
necesitan un apuntalamiento “científico” para ser creíbles. Y desde luego, unas
ciertas reglas de uso. Y es difícil. Investigar con población clínica es muy
complicado (formar grandes grupos clínicos con tanta variabilidad es casi
imposible), y los casos únicos no terminan de aceptarse (que en muchos casos
deberían) como pruebas verídicas del efecto de un tratamiento. Voy a exponeros
dos estudios de población sana y sus resultados.
El
videojuego que cura el Alzheimer
No es el caso de este titular, pero hace medio año salió en prensa la noticia de un videojuego que podría
curar el Alzheimer (no he logrado encontrar el medio exacto que dio la noticia
de esta manera). No tuve más remedio que buscar el artículo original de Nature
y leérmelo de arriba abajo (varias veces).
Investigadores del equipo del Dr. Gazzaley
de la universidad de California hicieron un experimento con tres grupos. Personas
que jugaban a un video juego en el que había que conducir y a la vez mover una
cruz a cierta localización, gente que jugaba solo a una de las dos cosas (todos
los casos 3 veces por semana durante 4 semanas), o gente que directamente no
jugaba. Tras el entrenamiento observan que el grupo que fue entrenador en la
multitarea (las dos cosas a la vez) mejora mucho en memoria de trabajo y mejora
también en atención sostenida (medido con pruebas neuropsicólogicas). Además,
observan modificaciones a nivel cerebral en las bandas theta.
Eso es un ejemplo de transfer. Se transfiere
el entrenamiento en una tarea (multitarea) al resto de funciones cognitivas (según
dice el artículo, son funciones no entrenadas dentro del propio juego, aunque
jugar una hora implica atención sostenida… y mantener las ordenes de la tarea presentes todo el rato es memoria de trabajo…), incluso a cambios en el funcionamiento cerebral (ante
esto no tengo nada que decir), que se mantienen hasta 6 meses después. El único
problema (y vaya problema) es que no queda claro si estas mejoras se observan
en la vida diaria del individuo. Sé que
no es el objetivo prioritario del estudio, y que podemos considerar que estas
mejoras se deberían de observar en el día a día (una máxima es que todo cambio en el día a día viene precedido por cambios en la cognición). Pero no hay pruebas reales. Solo
que entrenando una función, logramos que esa función, en las pruebas que miden
esa función, tenga puntuaciones más altas.
EL
breve entrenamiento de efectos a diez años.
Podríamos estar más o menos dentro de la idea del anterior estudio. Pero este estudio tenía un detalle diferente: había una medida de las actividades instrumentales de la vida diaria. Las personas mayores estudiadas eran entrenadas en
memoria (episódica) o en velocidad de procesamiento o en razonamiento. Durante
10-14 sesiones de una hora en grupo. Y los resultados hay que verlos desde dos
perspectivas:
a) Los
entrenados en velocidad de procesamiento y razonamiento, 10 años después,
siguen mostrando mejor estas funciones que los que no fueron entrenados
(medidas con pruebas cognitivas que “miden” esas funciones).
b) Las
personas entrenadas consideran estar mejor en sus habilidades instrumentales de
la vida diaria que los no entrenados (!ojo!, todos empiezan a mostrar pérdidas
con el paso del tiempo pero los entrenados, menos).
Este
resultado puede tal vez tener algo más de peso, aunque sólo sea por el hecho de
que se han valorado a través de autoinforme el estado funcional del individuo,
aunque el hecho de que sea autoinforme le resta un pequeño punto (la
sobreestimación o no de las propias facultades). Curiosamente, el entrenamiento en memoria no
ayuda a que esta función esté mejor tras 10 años.
A veces se sobreestima lo que uno puede hacer (en referencias a las actividades instrumentales y el autoreporte)
Estos
son solo algunos de los artículos que tratan el problema del transfer y la
generalización (en población sana y en edad adulta). No se trata de considerar
que solo lo que sale publicado en revistas científicas le dé legitimidad a la
intervención neuropsicológica, pero según que foros, el peso de una
investigación aceptada por una revista científica parece importante. En
próximos post hablaré de algunas actuaciones de estimulación cognitiva que he
realizado, que no han cumplido los estándares para ser una investigación
publicada, pero que sí han parecido tener resultados. No se me olvida esa pregunta de "¿cómo hago para que se generalice?". Voy a intentar abordarla también. Un saludo!
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