jueves, 14 de junio de 2018

Neuroibero 2018 (taller 3): Un "brote" de esperanza

No me imagino lo que debe de ser tener que dar un taller en un congreso justo después de que, figuras mundiales como G. Prigatano o M. Solhgber hayan dado los suyos. Supongo que la sensación de que el listón está tan alto que no hay ya que preocuparse mucho. O tal vez eso le termine a uno espoleando a tratar de alcanzar un mayor nivel aún de excelencia. No lo se. Pero lo cierto es que el tercer taller al que acudí del II congreso Iberoamericano del Almería, daba la impresión de estar claramente en esa segunda posición. 

De igual manera, pudiera parecer que un taller impartido por cuatro personas podría ser excesivo en cuanto a número. Pero como pasa en esto de la neurociencia, en un pestañeo se puede multiplicar el conocimiento de un tópico concreto de manera exponencial. Tanto que empieza a ser difícil hablar ya de una persona que lo sepa todo o pueda hablar de todo. Comienza a ser necesario que varios profesionales, desde diferentes orientaciones, aporten su punto de vista y nos enseñen su propio trabajo. Y eso también quedó bastante claro conforme se avanzaba en el taller. No solo es que no sobrara gente, sino que faltó hasta tiempo de tantas y tantas cosas que nos hubiera gustado saber. Eso, siempre es buena señal.

No quiero, como ya dije en el anterior post, el resumir un taller en sí, pero si quiero abordar cuatro ideas principales que me he llevado de ello, empleando precisamente el guión del propio taller, y encarnado en los cuatro ponentes. Vamos a ver que tal sale.

Un "brote" de actualización

Uno se puede poner delante de un ponente con muchas actitudes, sea un taller o sea lo que sea. La actitud de "lo que me está contando lo puedo leer en cualquier lado" me lleva a una pregunta algo más compleja que es: "¿Y por qué no te lo has leído entonces?". Creo que cuando una persona nos cuenta algo que "podemos leer en cualquier lado", no nos damos cuenta de que seguramente la persona que habla delante del público (que ya es una cosa que no puede hacer cualquiera) no solo nos está transmitiendo lo que ha leído, sino el cómo lo ha leído. Como lo ha procesado. Y eso cobra un valor fundamental si la persona que lo transmite encima es una profesional que se dedica a precisamente al estudio de la patología en cuestión y trabaja en uno de los hospitales más importantes de nuestro país, como es el caso de la Dra. Yolanda Higueras.

En esta primera intervención me resulto interesante ver como evolucionan los criterios de clasificación de la esclerosis múltiple (aquí) y como esos criterios diagnósticos pueden intentar relacionarse con diferentes alteraciones cognitivas que puede ser más "típicos" de los diferentes tipos de esclerosis que nos encontramos o de sus diferentes fases.

Las clasificaciones no son inamovibles. Conforme más se avanza en el conocimiento, más se reorganizan según cierto criterios. Hay que ser flexibles a nivel cognitivo para entender eso XD.

Es nuestra obligación como neuropsicólogos entender cuales pueden ser las alteraciones cognitivas que pueden cursar con un trastorno cualquiera que nos llegue a consulta (me da un poco igual si es una esclerosis u otra cosa) y tener claro por donde empezar a evaluar o plantearnos que puede fallar. Pero si hay algo que me pareció muy interesante de esta primera parte de la intervención de la Dra. Higueras fue esa idea de intentar entender cómo percibe el paciente la situación. O lo que es lo mismo, que no sea la queja principal, no quiere decir que no existan alteraciones cognitivas (más obligación para nosotros aún el entender esas posibles alteraciones).

A nivel motor las cosas se le ponen tan difícil a la persona que lo que menos se para a pensar es si tiene fallos leves o no en memoria, por poneros un ejemplo. Eso sin contar la incertidumbre de si vendrá otro brote, cómo o cuándo. Son cosas que uno se cuestiona cuando conoce a los pacientes. Y cuando no tiene la oportunidad de conocerlos, cuando oye a quien trabaja con ellos. Como ha sido el caso.

Un brote de valoración

Pero realmente lo interesante de la esclerosis, a nivel neuropsicológico, es cuanto ha costado que empiecen a plantearse la necesidad de un protocolo de valoración neuropsicológico para estos pacientes. A lo mejor para la gente que está empezando es algo bastante simplón que alguien venga a contarnos un protocolo de valoración de esclerosis. Pero es que hace no mucho tiempo, ni existía ni se le esperaba. Estábamos en esa fase de intentar demostrar que si hacía falta intervención neuropsicológica en la esclerosis. Tanto por el desdén que hay hacía nuestra disciplina desde ciertos sectores como por el hecho de que los pacientes a veces no dieran peso a este problema en comparación con otros, como decía antes.

En este caso, me pareció muy interesante la aportación de la también neuropsicóloga Fabiola García. Una descripción de un protocolo de pruebas que pueden considerarse como gold standard para un trastorno como este resulta muy útil como guía inicial para encarar una valoración.

Como si se tratara de una maleta de un DJ, un Neuropsicólogo debe llevar en su "maleta" las pruebas que le van a hacer falta o que el público le va a solicitar. Tener claros protocolos de valoración de diferentes trastornos es una ayuda (aunque luego hay que tener flexibilidad cognitiva again XD) 

Con esto me pongo en la situación en la que yo me he encontrado con muchos trastornos por primera vez y he necesitado tirar de bibliografía para organizar un protocolo de valoración que abarcara todas las áreas de posible alteración, y lo difícil que resulta a veces realizar esa búsqueda de información. Supongo que este de por si, ya era un buen objetivo a nivel de formación, pero la siguiente parte del taller si resulto ser una sorpresa muy agradable.

Un brote de esperanza

Como suelo dejar caer, hay mucha gente que levante una preciosa fachada compuesta por un "yo ya eso lo sabía" y un "no es nada que no esté en los libros (again)" antes que admitir que hay cosas que no saben o que necesitan aprender. Es un poco malo eso de que se conciba la necesidad de seguir aprendiendo como debilidad por parte del que así lo dice. Yo concretamente tengo poca experiencia con personas con esclerosis, por lo que la parte que llevó el Dr. Jordí Gich  me pareció excelente precisamente para entender que se debe hacer en un abordaje neuropsicológico de la esclerosis. Y no solo eso, sino la existencia de una herramienta que esas personas van a poder utilizar. ¿Por qué llamo a esto un brote de esperanza?. Ahora se va a entender.

En primer lugar, nombro el proyecto EM Line! (https://em-line.com/) sobre el que giró toda esta tercera parte del taller. Se trata, resumiendo, de un programa de rehabilitación que se puede emplear desde casa orientado a pacientes con esclerosis. En este caso, en una versión orientada concretamente a la memoria. Un programa estructurado con ejercicios, niveles de dificultad y registro de los resultados. Ah! y que no se me olvide, lo que parece el proyecto de toda la vida profesional de uno o varios neuropsicólogos (deduzco) y un programa que habrá tenido que superar muchos escollos para estar ahí, para quien lo necesite. Os recomiendo le echéis un vistazo.

Lo que me parece interesante es el hecho de la licencia. Normalmente en un mundo bastante movido por el tema del copyright y los derechos de autor (y sobre esto, vendrá otro post en breve), resulta bastante llamativo que un grupo que trabaja en un programa de estimulación deje una licencia abierta para pacientes (siempre y cuando corroboren con un informe la existencia de patología). Me parece esperanzador para el mundo de la investigación en ciertas enfermedades que quede tan patente que algunas cosas se hacen por y para los afectados y no tanto por otros intereses (que son lícitos, sin duda). Supongo que detrás de esto hay una tremenda vocación por ayudar a personas. ¿No investigamos e intervenimos para eso?.

Os vuelvo a recomendar que le echéis un vistazo. Yo siempre he sido de los que decía que no me fiaba de los programas de rehabilitación informatizados, pero poco a poco me han ido convenciendo algunos que he visto. Es lo que tiene ser flexible a nivel cognitivo. Uno puede cambiar de idea XD.

En segundo lugar, recibir las explicaciones de como usar un programa de estimulación de la mano de uno de sus creadores te permite ver detalles del mismo que seguramente con un uso en solitario no se terminarían de captar. Desde casi siempre me encuentro en talleres y cursos la queja de "que poca intervención nos han dado". En este caso, ese punto se cubrió con bastante buen hacer. Es otro punto a favor.

Un brote de convergencia

Llegado al último punto, se abordó un tema muy interesante desde una perspectiva diferente a la propia neuropsicología: La neurofisiología. En este caso, un conocido y amigo, el Dr. Alejandro Galvao, expuso algunos de los diferentes indicadores que desde la electroencefalografía pueden ayudarnos a ver desde la evolución de la enfermedad hasta el efecto de un tratamiento. Pero, como soy poco experto en neurofisiología (se lo básico) no me voy a meter en ello. Sino que me voy a quedar con una reflexión tremenda que realizó el propio ponente.

La electroencefalografía (EEG), como ya sabéis, nos da una referencia de la actividad eléctrica del cerebro, con una resolución temporal de milisegundos, que es a fin de cuentas, como funciona el cerebro. Y esa idea de ver al cerebro funcionando, en vivo y en directo puede ser un eje importantísimo para la neuropsicología, como indicó el Dr. Galvao. ¿Qué sino estamos trabajando los neuropsicólogos a fin de cuentas?. La relación entre cerebro y conducta, pero más allá de la propia estructura, sino de cómo su actividad refleja el entorno en el que se mueve (y ha crecido) y cómo el entorno requiere de una activación diferente para dar respuesta a sus demandas.

Muy como matrix eso de ver una hoja con los registros de EEG y ser capaz de deducir informaciones. Pero lo cierto es que toda técnica que me muestre el cerebro en funcionamiento me parece útil. Se que hay gente que no considera necesario observar el cerebro.. solo se me ocurre decirles que hay que ser más... flexibles (y van 4).

De hecho, se podría casi plantear que la neuropsicología existe desde el momento en que nos dimos cuenta de que la estructura cerebral no lo es todo, sino que su forma de funcionar es la que plantea esa gran diferencia que observamos de una persona a otra a nivel cognitivo. Y técnicas como la electroencefalografía son precisamente las que tienden esos puentes. Es decir, que convergiendo desde diferentes disciplinas, podemos entender mejor el cerebro y su funcionamiento. Y en este caso, el cerebro cuando tenemos una enfermedad como es la esclerosis múltiple. Por lo menos es para sentarse a pensar si, tal vez, muchas de las incógnitas actuales se pueden responder solo con tender puentes.

Dicho todo esto, no puedo obviar lo interesante que fueron algunas de las intervenciones del publico. En si, me encantó la intervención que se llevó a cabo haciendo hincapié en la importancia del neuropsicólogo en este tipo de enfermedades y la necesidad de no dejarnos intimidar por otras disciplinas que se creen superiores por X motivos. Especialmente, la intervención de un neuropsicólogo que trabaja en Asturias (al que no conozco personalmente y de ahí que no lo nombre) que dijo una frase que a mi me encantó, algo así como un "no os sintáis avergonzados si alguna vez no podéis curar un paciente, a los médicos también se les muere gente de cáncer". Como ya dije, hay gente interesante tanto encima de la tarima, como detrás entre el público.

PD1: Creo que el trabajo más importante de asistir a un taller se hace después, cuando uno organiza lo que ha visto y le da vueltas. El post-taller es la clave de que tenga sentido. Sentarse de una manera pasiva a escuchar no suele llevar muy lejos.

PD2: Si por cada vez que me dicen que me posicione, me dan una hora de prácticas, puedo acreditarme 3 veces. Que poco flexibles XD.

PD3: Tiene delito que ya hace más de un mes del taller. A esta velocidad, las jornadas de infantil os las cuento en reyes...

No hay comentarios: