viernes, 29 de julio de 2016

Ensayos con la mano izquierda

Hace aproximadamente un mes falleció Jerome Seymour Bruner. Estuve a punto de conocerle en 2005, en el First ISCAR congress en Sevilla, pero ya su salud estaba comprometida y solo pude verlo por videoconferencia. Para mi, J.S. Bruner, o al menos el de finales de siglo, se adelantó en muchas de sus ideas a lo que hoy trata de demostrar la neuroimagen. Y sus ideas son, seguramente la base de las mias. No en vano, a partir de leerle a él acabé leyendo a Nelson Goodman  y comencé a comprender la realidad como algo relativo de cada uno. Algo que a día de hoy es, una realidad relativa para cada cerebro.

Aquí J.S. Bruner. Para los que duden, si, es el mismo Bruner que tiene estudios en los 60. Una vida (larga) investigando.


En una ocasión, le leí decir que, a veces, escribía algunas de sus ideas un poco dejándose llevar. Era lo que el llamaba "escritos con su mano izquierda". En ese momento la explicación era un poco que, la mano derecha era la diestra y la que habitualmente escribía, y que raramente escribía la izquierda. Hoy en día lo interpreto como que eran relatos que escribía su hemisferio derecho (seguramente Gazzaniga tendría mucho que decir de esto según la idea de los cerebros divididos). El hemisferio creativo. A veces no sujeto a la lógica (pregúntale a Jill Botle Taylor). Hoy, un poco por homenaje, y otro poco sabiendo que esto no lo lee prácticamente nadie, lo voy a imitar. Voy a escribir con mi mano izquierda, tratando de no pensar mucho y con una pequeña idea que tengo por ahí en la cabeza desde hace años.

No estaba seguro, pero sí, resulta que muchos de esos ensayos formaron este libro.


La tendencia  a la conexión

Los principios que siempre se enumeran en la vida como tal son la supervivencia y la reproducción. Todo organismo vivo busca sobrevivir como meta, porque eso además aumenta su capacidad para reproducirse. Más tiempo vivo, técnicamente más tiempo para reproducirse (eso es en la naturaleza, en entornos culturales como nuestra sociedad esto puede variar). En esa búsqueda por sobrevivir creo que aparece otra propiedad que a veces se obvia (se sabe pero no se dice mucho). La tendencia a la conexión o tendencia al desarrollo de complejidad.

Desde pequeño siempre he visto las células como un pequeño universo. Y muy complejo donde cada elemento tiene su función.


Damasio, en su búsqueda detectivesca para encontrar las bases de la conciencia se propone analizar aquellos organismos que no tienen cerebro, que los hay, pero que si tienen un comportamiento. En su punto de vista, hay una tendencia de estos organismos en la "persistencia" (nada de dejarse morir) y como estos organismos unicelulares tienden a agruparse y a especializarse dando lugar a organismos más complejos. El cerebro, según nos indica él, se forma con la aparición de unas células que tienen una capacidad increíble: modificar el estado de otras. Son las neuronas, y como tal, las considera como células "referidas" a otras. A controlar el cuerpo. Esta representación que realizan las neuronas del cuerpo, cuando se le añadía memoria, lenguaje y otras funciones provocaban el emerger de la "mente" y de nuestro yo narrativo. Cualidades que surgen por agrupación.

El homúnculo sensorial y motor es el ejemplo de como el cuerpo está representado dentro del cerebro.

En este sentido, el cerebro también es un conjunto de células que se han especializado en diferentes funciones, todas necesarias para regular la conducta consciente (y los automatismos). Es una tendencia. Se puede observar con sólo comparar cerebros de diferentes especies.  Y en todos un cierto patrón común, al margen de la especialización. La comunicación.

Nuestras neuronas se comunicación por impulsos nerviosos, a través de sinapsis de tipo eléctrico y químico. Y lo hacen bastante rápido (aunque no sean los transmisores más rápidos, como indica David Linden en el cerebro accidental). Me llama la atención un elemento que no se suele tener en cuenta. La mielina. Hay una gran diferencia entre los vertebrados y los invertebrados en cuando a sus sistema nervioso. En el caso de los invertebrados, la falta de mielina hace que, para obtener una conducción rápida de la señal, sus axones deban ser mucho más gruesos. Ocupan más lugar, reduciendo el espacio disponible para otras células o para el tráfico de la información. Esta limitación puede ser critica estableciendo en el sistema nervioso de los invertebrados unos límites que no tiene el de los vertebrados. ¿Hacia donde me llevas mano izquierda?.

La afectación en la mielina provoca enfermedades como la esclerosis múltiple, donde el problema está en la transmisión de impulsos en las neuronas. Cualquier detalle tiene peso en el cerebro.


Comunicación ineficiente

Siempre he pensado que los seres humanos somos tiempo. Por suerte (o por desgracia) no sabemos cuanto tiempo somos. Pero nuestra vida se reduce a un periodo de tiempo en el que hacemos cosas y las cosas que hacemos son nuestra vida (también el cómo las hacemos y con quien). Si analizamos fríamente, somos afortunados ya que vivimos en un siglo donde se pueden hacer muchas cosas en una vida. Os pongo ejemplos.

Seguramente en el siglo XV hacer un viaje de Sevilla a Madrid pudiera tardar cerca de ¿tres semanas? (según google, son 100 horas a pie, pero necesitaremos descansar... a 20km diarios tardaríamos cerca de 24 días y eso contando que ya tenemos carreteras y caminos bastante cómodos). Hoy en día en esas tres semanas podemos haber dado la vuelta al mundo una pocas veces haciendo escalas en muchos países. ¿Qué significa esto?. Que la ciencia y la tecnología han permitido que podamos hacer más cosas en nuestro limitado tiempo de vida (a parte de haberlo ampliado, claro está). Y eso también ha permitido que la comunicación se vuelva mucho más eficiente. La mano izquierda parece que quiere hablar de otra cosa ahora...


Aquí Frodo arrepintiéndose de no haberle dicho a Gandalf: " hazme el encargo del anillo cuando exista Blablacar". Antes los viajes eran eternos.

Nuestra complejización

El avance de la ciencia ha ido haciendo que cada rama del saber sea cada vez más compleja, tanto que uno no pueda ya saberlo todo como pasaba en el renacimiento, donde había personas que prácticamente sabían todo lo que había en el saber disponible en ese momento (un Da Vinci por ejemplo). Eso ha obligado a que las personas nos vayamos especializando en diferentes temas o ramas y que además, tendamos a juntarnos con personas que ya manejan esas ramas para comunicar, poner en común ideas y mejorar.

Más que Da Vinci, en la antigua Grecia tenemos ejemplos más claros. Los filósofos eran los portadores del saber e incluso debían de ser los dirigentes políticos, según ellos mismos decían.


Claro, esta comunicación era mucho más lenta en la época antigua, por lo que el avance era relativamente lento. Sin embargo, en la actualidad, al margen de poder hacer más comunicaciones con personas que están en otros puntos del globo más fácilmente, tenemos medios de comunicación que permiten la conexión instantánea entre diferentes partes del mundo. Una idea que pueda tener aquí en Sevilla, llega a México en menos de 5 segundos.

De esta manera, hemos creado una sociedad donde hay personas especializadas, que se comunican de manera rápida. ¿Con que objetivo?. Pues básicamente el mismo que al principio cuando nuestras células decidieron unirse. Supervivencia y reproducción. Es solo, como dice Damasio, que la mente le ha dado diferentes interpretaciones a ese "valor biológico" inherente en todos los seres vivos. También la creación de sociedades seguras permite que emergan otros interpretaciones (nadie se podría a estudiar el cerebro si su vida corriera peligro cada dos segundos). Ahora, siguiendo lo que comenta Uri Hasson en su charla TED, podemos lograr que nuestra actividad cerebral se reproduzca en otro punto del mundo. Podemos hacer que muchas personas tengan una sincronía de su activación neuronal con la nuestra. Podemos trabajar en conjunto.

Aunque lo voy a explicar más adelante. Según lo que comenta Huri Hasson, los cerebros de las personas que escuchan se sincronizan y se activan de la misma manera del que la persona que habla.

Dicho esto, si hemos visto cierta continuidad entre lo que paso con los primeros organismos vivos y lo que está pasando ahora... ¿Podemos tratar de predecir que ocurrirá en un futuro con el ser humano?.  Y de nuevo mi mano izquierda se va por otro lado.

Similitudes

Pensándolo de esta manera, hemos terminado haciendo lo que hicieron los primeros organismos vivos, pero el resultado no es exactamente el mismo. ¿Por qué?. Esa sería la gran pregunta. No sería absurdo considerar el cuerpo como una sociedad donde cada uno ocupa su lugar y función. Ciertos órganos se encargan de lo referente a la respiración, que es necesaria, otros se encargan de la digestión y la obtención de energía y el cerebro se encarga de la regulación de la conducta para la supervivencia. Pero nosotros no estamos, en nuestra sociedad, tan acompasados. Es cierto que todos (o casi todos) tenemos una función, más o menos especializada y ocupamos nuestro lugar, pero nosotros presentamos algo que no presentan las células. Conciencia de nosotros mismos. Individualidad.

De esta manera no trabajamos tan en "red" como lo hacen esos organismos vivos, pero sí estamos avanzando cada vez hacía una conexión mucho mayor. Y, tal y como pasa con las neuronas, podemos influir sobre los estados de otros iguales. En este caso de sus estados mentales. La cuestión es que con esta mayor conectividad que estamos experimentado, con esta participación conjunta, que lleva pocas décadas en juego, podríamos cambiar en cierto modo como especie.

¿No se parece este esquema al de una red neuronal?

Volviendo a Uri Hasson y a sus investigaciones, ante el lenguaje, y especialmente ante el significado, los cerebros tienden a sincronizar su funcionamiento. Es decir, hay un contexto compartido (casi independiente del idioma) que durante la comunicación activa y sincroniza el funcionamiento de nuestros cerebros durante una conversación. Nuestros cerebros se sincronizan como lo hacen los grupos de neuronas para lanzar descargas... es decir, parece que vuelve a haber otra similitud. Las neuronas espejo y las neuronas de Von Ecónomo parecen también mostrar esa tendencia a conectar con otros. ¿Podemos considerar que se observa esa tendencia a la conexión también entre nosotros?. ¿Qué repercusiones tendrá para nuestro propio cerebro?.

¿El futuro?

Ya entrando en elucubraciones, y pensando siempre con la mano izquierda, podríamos plantear que nuestra tendencia a la conexión va a ir reverberando. ¿Qué quiero decir?. Que cada vez habrá más comunicación, lo cual hará que nuestro cerebro se vaya especializando aún más en ese aspecto de la comunicación, y que a su vez, como está más especializado, hará que haya aún más tendencia a la comunicación y conexión. Este principio lo podemos ver a nivel neuronal en la potenciación a largo plazo. Aquellas neuronas cuyas sinapsis repiten con más frecuencia, a parte de necesitar un umbral menor para activarse, comienzan a tener cambios estructurales (más dendritas) que favorecen la eficiencia. Para algunos, ese es el aprendizaje, como tal.

Por tanto, nuestro cerebro continua con su proceso de evolución, pero tal vez por otro camino. No es tanto ya la adaptación para sobrevivir (en sociedades controladas, las herramientas para sobrevivir no se parecen mucho a las de la vida "salvaje") que permite que unos vivan y otros no. Se trata de que la sociedad y la ciencia va introduciendo nuevos descubrimientos que van a tener su impacto sobre nuestra evolución. No en dos o tres años, sino en cientos. Pero que van a llevar a un cerebro relativamente más social, más en red y que tal vez acabe con una humanidad entendida como una red de cerebros.

Allá va la evolución. Antes nos adaptábamos al entorno de la naturaleza, ahora nosotros podemos cambiar la naturaleza y el entorno, y eso también llevará, entiendo, a cambios en el cerebro.


En este sentido, y siguiendo la teoría de equilibrio puntuado de Jay Gould y Eldredge, lo que tendríamos ante nosotros sería uno de esos periodos de crisis. Ha aparecido algo inesperado, internet (así hablaba Asimov de sus posibilidades hace 40 años), ha aparecido la opción de conectarse unos con otros en cualquier lugar del mundo y las ideas (nuestros estados mentales) viajan por todo el globo. Eso va a provocar cambios en el cerebro, sin duda, y rápidos en comparación con la evolución que conocemos hasta ahora. Si nuestro cerebro tiene la forma que tiene, debido al mundo en el que vive... el mundo ha cambiado tanto que su forma, o al menos su funcionamiento, también deberá cambiar. Metafóricamente, ese internet se ha convertido en la mielina que ha supuesto un salto en la velocidad de comunicación de ideas, no dentro de un cerebro, sino del mundo. ¿Qué cuales serán esos cambios?. Eso lo sabrán los seres humanos del futuro cuando echen la vista atrás. Al menos tendrán más información que nosotros cuando miramos a los griegos.

Y todo esto, sin hablar de lo que supondrá la interfaz cerebro máquina... Maldita mano izquierda, podría estar escribiendo durante años.

PD: He visto doctores, catedráticos y gentes de ciencia con menos vitalidad de la que tenía Bruner con 90 años. Los cerebros están (o estarán) conectados, y algunos, como el suyo, son los que tiran del resto.

PD2: A nadie le interesan estas cosas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenas,

referido a la PD2: a algunos si nos interesan estas cosas y en un 1er momento me cuestioné si Bruner sería el de los años 60... P.ej. con l gráfica del homúnculo de Penfield, me acuerdo de toda la historia del drama de su hermana, su visita a Ramón y Cajal, etc., luego algunos si coincidimos en gustos. :-)

Un saludo
Ayose

Aarón dijo...

Pues me alegro de tu interés. Hay grandes historias detrás de estos grandes psicólogos e investigadores. Pero mucha gente obvia a la persona que está detrás de las teorías